domingo, 5 de julio de 2009

3

Y vagando por la calle, al escuchar aquella callejera banda de jazz tocando Some of these days, fue como si Dios me fortase el pelo con su mano invisible.
Y me sentía el mismísimo Antoine Roquentin, pensando en cómo reencaminaría su vida llena de vacío.Tal vez Dios no dé empujones a desconocidos para que se acerquen, pero sentía que se esforzaba por hacer vibrar las cuerdas al son más harmónico.
Llamadme pueril o falaz pero creo que está ahí, y en momentos así más intensamente; y me hace sonreír.

Unos metros má allá había como diez veces más personas entretenidas con unos simples saltimbanquis, y eso me deprimía un poco. Pero nada en comparación al fuego que la banda encendía en mí y unos pocos más.

Tal vez sí haya una razón para tirar adelante.

-----

Clothes of Sand - Nick Drake

1 comentario:

  1. No dudes de que Dios frota tu pelo cuando te hace falta sentirte querido y no hay nadie por ahí a mano. Sobre todo si la música anda de por medio. Él no necesita mentir para que sepas cuánto te quiere.

    ResponderEliminar