sábado, 20 de junio de 2009

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Aquel chico pasaba las horas muertas, con el boli en las manos y la mirada perdida. La cara seria, las gafas tocidas. Daba algo de pena.

Cuando empezó en lo de escribir tenía esas ideas de dejar que la inspiración viniese y todo eso. Pero es que entonces rebosaba, necesitaba de ello realmente.
Todo había cambiado desde entonces, y hacía falta buscar una solución, y la buscó en las horas muertas.

Empezó a ver símbolos en todo. Primero en puertas, respirar, pájaros, apagar la luz, cosas así. Pero empeoró. Luego comer, verjas, farolas, maletines...todo tenía una interpretación trascendente. Y extrañamente, lo complejo de las conversaciones y el contacto en general se volvía banal e ilógico.
Y empezó a desvanecerse.

Definitivamente, la literatura lo había vuelto majara.

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A veces las prisas por actualizar hacen que no pueda pulir las ideas, pero bueno.
Bob Dylan - Chimes of freedom

6 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Como me gustaría parecerme. Verle a todo una explicación trascendente.

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  3. No es lo mismo una explicación trascendente que que una inmersión en la trascendencia. La explicación es la cáscara y acaba por desprenderse. Lo otro, el alimento y nunca se pierde.Pasa a formar parte de lo que somos.

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  4. "... hem llegit tants llibres que ens hem entristit", decía Carles Riba.


    El Génesis no pierde vigencia, después de todo: el conocimiento, la literatura, nos destruyen.

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  5. Anónimo17:41

    Lo que nos destruye es el des-conocimiento. La literatura sólo es una herramienta. ¿Se podría decir que un rastrillo o una pala pueden destruir a quien los usa para trabajar la tierra? Lo que destruye es des-conocer el uso concreto,la utilidad y el modo acertado de emplearla.
    Una mente sana y unas emociones equilibradas nunca permitirán que los libros hagan estragos.
    Lo peligroso de la literatura o de la filosofía, del arte o la ciencia, es que no haya un centro interno desarrollado ni un entorno habilitado para la interrelación, entonces esas posibilidades de estudio y creación ocupan el lugar que debería ocupar la vida. Y se crean vías paralelas que pueden terminar en una visión irreal y esquizoide de aquello que se percibe y nos rodea.

    Y el Génesis quizás no pierda vigencia porque encierra un conjunto de arquetipos conectados con los contenidos psicoemocionales que almacena el inconsciente colectivo, como le ocurre al Quijote, al Tao-Te-King, a Hamlet, al Corán o al Bagavah Gita o a la Divina Comedia. Son herramientas-guía. Nada más y nada menos.

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  6. Hola Victor, no sé si podrás seguir leyendo cosas en "el cesto de la chufas", porque desde ayer no puedo entrar a escribir, así que te propongo que sigas, si quieres, los otros blogs que ya te indiqué: "Locos benditos", "La jaula mágica" y "Rosas de Bulgaria".
    Saluditos

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