Llueve, llueve,
En la calle se hace un río.
Es miércoles o martes.
Se sabía la casa de pe a pa,
La música de los músicos,
Los colores coloridos.
Se aburría, se aburría
Se aburría y pensó:
Por qué no subir al ático
Craso error.
Puesto que subió escaleras,
Escalerilla, lamparita,
Y los cadáveres de trece niños
Con cubos de metal en sus cabezas
Y un enjambre de cien moscas vibrantes
Le dieron su peor sorpresa.
De pronto entra en consciencia:
Él es una persona, en el mundo hay una lógica.
Y no sabe qué hace allí. Allí.
Al huir entre gritos,
Un cubo en la mesa de la cocina
En la ventana, en el techo.
Sale despavorido a la calle,
Donde vivos colores inertes le ayudan a esperar sin esperar,
Estar teniendo ganas de gritando que escapar
De donde se ha ido a la idea de escapar,
Es cosa extraña. Aún llueve.
Se hace de noche y se duerme,
O algo así.
lunes, 8 de noviembre de 2010
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¿Y ya?
ResponderEliminarUno más. Esta noche, tal vez.
ResponderEliminarNo sé porqué pero cuando leía
ResponderEliminarhabía un eco-eco-eco-eco
constante en tus palabras.