sábado, 7 de noviembre de 2009

Fortuna

Pasé toda mi vida bajo la influencia del número 34. Como un jugador de ruleta, estaba convencido de que mi destino estaba en manos de aquello.

Empezó en la temprana adolescencia. Aparecía en todas partes. De las pocas veces que miraba la hora, lo encontraba allí. Iba por la calle y estaba en las casas. En las fechas. Jamás me dediqué a decir /mira, ahí sale un 43, que es al revés, o un diecisiete que es la mitad. No. Algo ahí arriba estaba jugando a inundarme en 34’s. Y pasé mi vida pensando que tal vez aquello me preparaba para una decisión, de la cual dependería que todo me fuese bien o me fuese mal.

Pensaba que el viejo que siempre encontraba justo cerrando la puerta 34 de aquella calle, podía ser un magnífico escritor que estaba destinado a conocer sólo yo. O que aquel pack de novelas por 34 euros que vi en el rastrillo aguardaría una literatura deliciosa. Aun con todo, no era una cuestión de creer en /la suerte/. La suerte para mí nunca existió.

¿Y además, me vais a negar que suena aparatosamente bien? Treintaycuatro. Yo estaba en ese número. El orden de lo desagradable, la estabilidad en lo rugoso.

Me metí en una filología y compré aquel garaje con el número 34 de una polvorienta ciudad. Publiqué un libro que nadie leyó. Lo intenté con otro y no me lo publicaron. Ahora me veo con 34 años, y puedo aceptar que soy un completo fracasado. Tal vez me equivoqué al apostar al rojo. Pero al diablo con todo, ha sido mi fracaso, más mío que mil victorias ajenas, y eso no me lo quitará ni la fortuna ni nadie.

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Ocho y medio - Nacho Vegas

3 comentarios:

  1. Mi racionalidad nunca me dejó escapar de mi 84.

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  2. Buenaas.. has seguido mi blog..?? tengo un comment tuyo..

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  3. yo lo poco que e leido tuyo me encanta..
    eres bueno.:D

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