lunes, 19 de octubre de 2009

Antaño

Sí, en aquellos tiempos tocar la guitarra era algo bien difícil.
Tus padres no te compraban una guitarra así como así, sino que te hacían trabajar para que después de un par de meses, te alcanzase para comprarte una de mediana calidad.

Entonces te emocionabas tanto por poder tocar como tus héroes radiofónicos, aquel tácito Cohen, el inspirador Dylan, los coloridos Beatles.

Para sacar las canciones debías tener un buen y experimentado oído, y según qué canciones, también unos experimentados dedos. Aunque no había quien pudiese con los intrincados temas de los grupos que despertaban en la época de la psicodelia.

Fíjate tú, que si jugabas a buscar otras afinaciones, luego para volverla a dejar en estándar no había afinadores electrónicos como ahora. Por eso tenías que descolgar el teléfono y escuchar el La que te daba el auricular y ajustar así la segunda cuerda, y a partir de eso todas las demás, con sus cuartas y quintas. Eran trucos que ibas sacando.

Y veías a esos chicos que habían montado un grupo y que sonaban tan bien y te morías de envidia. Con tus amigos comentabas, mientras tomabais algo en la cafetería, que eran unos niños de papá, pero en el fondo sabías que eran buenos. Y a ti te gustaría que alguien escuchase tus pocas canciones, pero nunca tuviste la oportunidad.

Según pasaba el tiempo, dejabas a un lado el acné y las guitarras y te buscabas un trabajo, pero siempre recordando aquellos días tan musicales, sonriendo al ver por la televisión que un chico muy parecido a ti sí llego a triunfar. Ahora todo es diferente.

Tal vez por todo esto, como dicen esos entrañables padres tirando a abuelos, ya no se hace música como la de antes.

2 comentarios:

  1. ¿Quién era ese chico que llegó a triunfar?

    Por otra parte, ¿Qué es el triunfo?

    ResponderEliminar
  2. Sueños rotos que nunca se llegaron a cumplir... sueños que por miedo al que dirán no se atrevieron a realizar...

    Pero los sueños... sueños son.

    ResponderEliminar