domingo, 15 de agosto de 2010

It's complicated

Hola, gente extraña. Quiero avisaros de que, aunque no sé cuántas hojas tendrá esta historia, no saldré del cuarto durante toda ella. Ni dentro ni fuera del papel. Tampoco será una historia al uso. Me gusta jugar con la mente de las personas. Me gusta estrujarla, entenderla. La de los demás y la mía, también.

He traído un cuchillo al lado de mi cama. O el personaje lo ha hecho. Si queréis, el personaje ha traído dos, uno de sierra y otro afilado. Yo no soportaría cortarme con el de sierra, porque me imagino el sonido que hace, aunque yo no lo oiga, y es algo grotesco.

En esencia quiero entender. Entender a la gente que sabe de esto más que yo. Que mira a la cara a un ser incorpóreo. Podéis dejar de leer, no pretendo entreteneros.
Tranquilos, la semana que viene tendréis otro relato, si es eso.

Tengo sueño, tengo ganas de vomitar. Las uñas y los nudillos me saben mejor que nunca. Creeréis que todo me lo estoy inventando. Y a su vez, lateralmente os corroe un ¿pero va a…? No lo sé hijo, no lo sé. Yo sólo quiero entender. ¿Sabéis cómo le llamaba Hitchcock a ese tipo de suspense? Felicidades si lo sabéis, porque yo no me acuerdo.

Dicen que todo escritor tiene bastante de loco. Oh no, no no no, olvidad eso. Lo que hacía falta, que ahora lo chafe todo con… No no, olvidadlo, de veras. Estoy escribiendo continuamente. Hace un rato que el salvapantallas ha saltado y la cama huele a sudor, de todos los días que he dormido sin sábanas. Y el cuchillo sigue ahí.

Las paredes están pintadas de gris carcelario, pero eso no os importa una mierda. Vosotros también queréis entender, pero no de la misma manera que yo quiero. Yo quiero sumergirme. Porque ya es hora, ¿no? Hora de decidirse. Hay un mundo más aquí, y un mundo más allí, aunque en realidad son el mismo.

Hay mosquitos aplastados en las paredes, que han muerto por mi culpa. Hay gente que se droga metiéndose una puta aguja en el antebrazo. Y que luego hace música. Para cuando creáis saber de qué va la cosa, yo me iré de nuevo. Tic, tac, tic, tac, Alicia. Hoy es la noche en la que hay que decidirse ¿Quién vas a ser? ¿Dónde vas a vivir? Sería muy cruel amar a personas en el otro lado cuando ya es tarde para mudarse.

Sí, me voy a hacer sangre en el antebrazo. Por qué, no sé. Nunca he sido mucho de razones. Sólo sé que estoy siendo más sincero que nunca. Como un suicida sentado en el saliente de una construcción.

No me veo bien las venas, intentaré hacerlo donde menos se noten. ¿Bastará con rascar la piel, o habrá que pinchar? Sé que es desagradable, podéis dejar de leer. Esto es sólo el principio. Sólo quiero entender.

No puedo, es demasiado intenso. Probablemente no estoy haciendo ni la mitad de fuerza necesaria. La zona se ha puesto roja. Qué curioso, me estoy acordando de aquel texto que recordaba al ruso que mientras su barco o submarino se hundía, dedicó sus últimos momentos a escribir unas pocas líneas acerca de cómo era aquello. ¿Por qué? Nadie lo sabe.

Dios, he sentido algo extrañísimo, como un torrente que ha ido de la zona al codo. A lo mejor me he hecho sangre dentro. Los cojones. No sé por qué estoy escribiendo todo esto, ni tú tampoco por qué lo lees. ¿Es absurdo, verdad? Seguramente te sorprenda que siga y siga durante líneas, y no más que a mí, te lo aseguro. Voy a volver a intentarlo. Dios. Le debo esto al mundo. Oigo la televisión del comedor. No ese mundo; todo eso es mierda. Si bebiera todo esto sería más fácil. Me refiero a un mundo que me invitó, que me ha dado cosas, y al que yo no le he dado nada, aún.
Lo he intentado, he dicho hola mientras lo hacía y me he reído como un loco. Me he parecido un loco. Van Gogh estaba loco, se supone. Puta.
¿Cómo es, rajar la piel? Ahora os lo digo. Antes me paso la mano por la nariz y me subo las gafas, como un cirujano. Venga, cállate.
Deberíamos estar acercándonos. ¿Qué diferencia hay entre cortar y rasgar la piel? Ninguna, sólo ruido.
Ya. Dios, ya. Joder. Sale. Como al final de La bruja de Blair, ¿eh? Sí joder. Precioso.

¿Queréis que os diga la verdad? Lo he hecho con unas tijeras pequeñas, no con un cuchillo. ¿Y ahora la verdad verdad? No he podido. Nunca ha habido un cuchillo. Pero vosotros no queréis la verdad. No os importa, en absoluto, la verdad. Esto es mentira. Todo es mentira.


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Perdón si a alguien no le ha gustado. Hubiera puesto una advertencia de que era ficticio al principio, pero me gusta el buen terror. Es lo único que he escrito del tirón en mi vida, creo.
Estoy bien, tranquis.

Still alive - Jonathan Coulton

http://www.formspring.me/victorbite

5 comentarios:

  1. estoy flipando contigo. no voy a decirte nada más. alucina, vecina. es increible tu palabra.

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  2. Pues también tienes razón, y es que soy tan pero tan-tan-tonta que no veía por ningún lado tu dirección de correo. Aunque sí, miré tu perfil.

    En fin, eso: tonterías. Que este me ha gustado pero no tanto como otros.


    Ahora-en-un-rato te escribo y te comento cierta idea, o mañana, o algo.

    Gracias por Bach. Y mucho mejor el blog, dónde va a parar.

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  3. Ala, vaya temazo que me ha dejado usté in the bloj.

    http://www.youtube.com/watch?v=XuVxH95o9sY



    Pd. Al Hotmail ha ido.

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  4. Joder, éstá muy bien. En primera persona, como si contemplases la escena y se pudiese percibir la duda en los ojos del chaval. Espero que sigas escribiendo. Un saludo

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  5. A mí, en realidad, no me importa si te cortaste o no, ni siquiera siento curiosidad. Es la misma mierda de siempre. Me importa mucho más saber si como parte de escritor, consideras que tienes parte de loco, de loco de remate.

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